Dimensión humana

Es el fundamento indispensable de toda la formación sacerdotal. Con ella el seminario persigue en el candidato el arraigo de virtudes humanas como la sinceridad, la lealtad, el respeto por la persona, la solidaridad, la prudencia, la disponibilidad para el servicio, capacidad para relacionarse con los demás, de modo que puedan reflejar en sí mismos la perfección humana que brilla en el Hijo de Dios hecho hombre, a fin de que, desde una actitud de diálogo que lleve a la comunión, sirva de puente y no de obstáculo a los demás en el encuentro con Jesucristo Redentor del hombre. (Ratio Nationalis Para Colombia, 39).

Dimensión espiritual

La formación espiritual de los futuros pastores, entendida como camino de santificación en el amor a Cristo y a la Iglesia, ha de orientarse a su configuración progresiva con Cristo, sumo y eterno sacerdote, por medio de un seguimiento discipular a su persona y Evangelio, manifestando el seminarista, el gozo y la alegría por sentirse llamado a ser discípulo misionero y heraldo del Reino de Dios. (Ratio Nationalis Para Colombia, 40).

Dimensión intelectual

La finalidad de la formación intelectual es la de construir en el candidato al ministerio sacerdotal un pensamiento ajustado a la realidad, adquiriendo por medio de las ciencias filosóficas una visión más critica y completa de sí mismo, del mundo, de las relaciones humanas, de la sociedad, de la creación y de Dios y a través del programa teológico adquiera capacidad crítica y reflexiva de las diversas situaciones humanas, de la realidad actual del mundo y de la Iglesia; para que adquiera las herramientas suficientes para que asuma su ministerio con espíritu misionero. (Ratio Nationalis Para Colombia, 41).
Malla Curricular

Dimensión pastoral

Permite la formación del seminarista para afianzar su identidad cristiana y vocación sacerdotal, para vivir una sólida espiritualidad de comunión, siendo dóciles a la acción del Espíritu Santo y siendo fieles discípulos del Señor Jesús con disponibilidad para la misión ad intra y ad extra. El futuro ministro debe iluminar la realidad con el Evangelio moldeando su corazón de pastor, siempre al servicio de los más necesitados y de los pobres. (Ratio Nationalis Para Colombia, 42).